Me pareció muy mal cuando comenzó a difundirse lo que pretendía el Gobierno con la Ley de la Admon. Local. No era un sentimiento político, sino una impotencia, que a la vez sentía como injusticia, ya que me parecía una aberración el que se tratara así a la gente de las pequeñas localidades como la nuestra: minusvalorar los servicios que damos, la labor de los dirigentes, la autonomía de los consistorios,... y digo minusvalorar, porque a otras poblaciones se trata diferentes. Y surgen preguntas: ¿Por qué no premian a los que hacen bien las cosas y no sólo por ser un pueblo pequeño ya tiene que ser castigado?, ¿Por qué a los que hacen las cosas mal, sin embargo no tienen recortes en sueldos y servicios?, ¿Por qué no se consensuan medidas tan importantes con otros grupos políticos y con servicios técnicos de los Ayuntamientos para conocer la realidad?... En fin, que en un pueblo pequeño como Júzcar el alcalde tiene que prescindir de sueldo, como si no tuviéramos tareas que hacer, y encima que no pueda haber otra dedicación, como si nuestro trabajo no sirviera ó fuera menos importante que el de otros pueblos y ciudades, como si nuestro quehacer no fuera valorado. Que un pueblo como Júzcar tiene que ceder la gestión de sus servicios más directos (agua, basura, ...) a la Diputación Provincial, como si ésta estuviera capacitada para ello, teniendo menos personal y más trabajo burocrático que antes, y oyendo a tantos técnicos de la misma criticar estas decisiones, tiene toda la pinta de una medida sin fundamento, ó mejor dicho, sin un buen fundamento. Me miraba hacia dentro, y otra vez pensaba que quien hace estas leyes no conocen el pueblo llano, no saben cómo vivimos, lo que hacemos, lo que nos implicamos, lo que nos desvivimos por nuestros vecinos. Y cuando más me enteraba de lo que implicaba la ley... que los servicios municipales no rentables los absorben las diputaciones, tampoco saben y conocen la situación de nuestros servicios, muchos son imposibles que sean rentables, ya que depende de muchos factores, que no se pueden depurar haciendo sufrir pagando más a los vecin@s por ellos.
Y así, poco entendí otra serie de medidas que incluye esta ley. Sin embargo, mediante un decreto, a finales de enero, suavizan las medida, como el que no quiere la cosa. No podemos callarnos ante las injusticias y ante el ataque a los más pequeños. Qué podemos hacer los afectados? Mostrar nuestro rechazo. Por mi parte y el de la corporación de Júzcar, será un honor defender nuestros derechos votando en contra de esta ley el Día de Andalucía, como un día señalado para la defensa de nuestros intereses y el de tod@s l@s andaluces y andaluzas. Por ello en el pleno del día 28 de febrero, día de Andalucía, aprobamos por unanimidad de asistentes, el derogar dicha ley, rechazarla y trasladarlo así a todos los organismos.
